La BAC sigue realizando una magnífica labor al poner a disposición del público una espléndida edición bilingüe (latín y español) de todas las obras de San Jerónimo. En este volumen número «V-a» se recogen la mitad de los comentarios de San Jerónimo al profeta Ezequiel (libros 1 a 8, ambos inclusive) y quedan para el volumen «V-b» los demás libros, hasta 14. La traducción del latín al español es francamente buena, y sólo baja de calidad… ¡cuando traduce la Sagrada Escritura! La causa no es el traductor, Hipólito-B Riesco Álvarez, cuyo trabajo es, repito, magnífico, sino algo más sencillo: las traducciones de la Sagrada Escritura se toman de la Biblia de Jerusalén (Desclée, 1975) cuya traducción es pésima. Hubiera sido mucho mejor que Riesco hubiese traducido también los textos bíblicos. El texto latino está tomado del Corpus Christianorum, que es desde luego la mejor solución.
De este comentario de San Jeróninmo a Ezequiel no se puede sino aprender a cada paso. Es, como todo lo de San Jerónimo, magnífico de cabo a rabo. El santo, dotado sin duda de un importante don profético y de un máximo don -y esfuerzo- de lenguas, interpreta y traduce la escritura con un rigor crítico insuperable, citando siempre las diversas versiones, ya sea de los 70, Aquíla (primera o segunda), Símaco, Teodoción, y otras menos conocidas o más raras, así como textos no canónicos, con la exactitud que le caracteriza.
Para el que quiera leer a Ezequiel en términos más parecidos a la explicación origenista, muy arriesgada desde el punto de vista profético, San Jerónimo lo deja todo insuado pero nada dicho, para que se haga verdad la frase del Ungido: qui potest capere capiat.
En suma, una vez más, un acierto de la BAC y una lectura muy recomendable, que no puede hacerse deprisa, que se lleva muchas horas, pero de las que paga dividendo. Recomiendo la lectura atenta de este libro a todos los que quieran gozar de los dones recibidos por San Jerónimo, que él reparte gratis siguiendo el consejo de San Pablo: quod gratis accepistis, gratis date. Gracias, San Jerónimo.