Me ha gustado mucho, porque creo que es un libro sincero, el volumen de memorias publicado por el Barón Hans Heinrich von Thyssen.
No es un libro bien escrito, pero si es un libro muy interesante para conocer aspectos recónditos de la personalidad de gentes que en esta vida han sido extraordinariamente ricos. Porque, antes de ser ricos, han sido normales, al menos desde el punto de vista de las finanzas.
El barón Thyssen nunca fue pobre pero sí estuvo sometido a una paga. Fue joven y tuvo que montar en bicicleta para llegar al lugar donde estudiaba. Y en general nos cuenta su formación como persona, cuestión que es muy interesante.
Para mí ha tenido un interés especial conocer como él y su familia, en especial su familia, afrontaron el período nazi, que fue muy duro para todos ellos, como para toda Europa. Es curioso como la casualidad unida al trabajo, pueden producir resultados tan espectaculares.
Es memorable y vale la pena psicoanalizar la relación del Barón con las mujeres. O más en particular, con sus mujeres, porque no ahorra detalles ninguno afectivo que pueda iluminar la comprensión de su alma. El hombre que fue tan rico fui al propio tiempo castigado por su propio hijo, que además, según el Barón afirma, no era hijo suyo, sino sólo de su mujer, pues la tesis que sostiene el libro con toda claridad es que su hijo mayor, que se quedó con toda su fortuna, o por lo menos con la mayor parte, utilizando arte es que el propio barón Thyssen crítica no era hijo del barón Thyssen, sino de una amante de su primera mujer.
Creo que vale la pena ensalzar la amorosa relación del barón Thyssen con su última mujer, Tita Cervera. Resulta emocionante el amor que el barón declara para con esa mujer, y los hermosos motivos por los que lo hace. También porque, al menos según él dice fue la única de sus cinco mujeres que se portó bien con él desde el punto de vista económico esto es, que en vez de aprovecharse de él, luchó para que fuera cada día financieramente más fuerte.
Una parte en la que no he podido frenar mi curiosidad es la relativa a la manía del barón de hacer cada día 4 solitarios con una baraja de cartas, para extraer el vaticinio de su suerte para esa jornada. Me resulta alucinante que gentes cultivadas y de alta clase social confíen su suerte y sus finanzas a lo que pueda resultar de modo aleatorio al barajar naipes. Pero por lo visto es lo que hay, que a veces los consejos de la suerte, o más bien las tonterías humanas, pueden tener más lógica los mejores consejos financieros avezados.
Recomiendo la lectura de este libro como a todas las personas que puedan tener interés en conocer el alma del barón Thyssen.
Confieso además que he rezado por él, porque me ha caído muy bien. Era un tipo profundamente humano. Hágalo usted también. No cuesta nada.