Si el primer volumen del epistolario completo del Padre Pío de Pietrelcina se dedicó a la correspondencia con sus directores espirituales, en este segundo volumen cambian las tornas y es él el que opera como director espiritual, en este caso de un alma única, y de una única alma: Raffaelina Cerase.
El Padre Pío (1887-1968) fue capuchino desde sus 16 años y sacerdote desde 1910 siendo ordenado cuando aún tenía 23 años. El asunto no era tan infrecuente en la época. Con 27 años, desde 1914 a 1915, dotado ya de dones sobrenaturales extraordinarios, aunque no tan enormes como los que llegarían más tarde, dedicó grandes esfuerzos, realizados a pesar de su enfermedad, a la correspondencia epistolar con un alma santa, la citada Raffaelina, a la que asistió hasta el día de su muerte.
En esta correspondencia llama la atención la madurez de los consejos. Con 27 años es muy raro que uno pueda aconsejar con la profundidad de un doctor de la Iglesia. Y más aún que no lo haga para figurar, con la pretensión de publicar un libro, sino para el beneficio espiritual de una sola persona, en correspondencia privada y naturalmente llamada al fuego. Gracias a Dios, no ha resultado tan privada porque los superiores del Padre Pío, cuando le privaron de la facultad de dirigir almas y de confesar, le privaron también de todas sus cartas y escritos. Y no sólo de éstos, sino también los de las almas que había dirigido, y también de los que tenían en su poder sus propios superiores. Para concienzudo examen y para ver si le pillaban en algo. El tiro, no sólo les salió por la culata, sino que ha servido para que la correspondencia se haya convertido en un auténtico tratado de vida espiritual, cuando con los años ha salido a relucir esta edición.
El libro es a todas luces recomendable para la lectura espiritual y tiene algo malo: que engancha mucho. Cualquiera que desee conocer la vida interior, y que quiera andar por este camino, a medida que va leyendo queda prendado de los consejos y tiende a seguir leyendo hasta no parar. Con un inconveniente: el Padre Pío va tomando posesión del alma del lector y poco a poco lo mete en su vida, le hace partícipe del camino para coger la cruz sobre los hombros, y el progreso espiritual se produce por la mera lectura, que lleva a una vida interior bastante operativa y contemplativa a la vez. Recomiendo que lo experimenten.
A día de hoy no hay edición en español. Y es una pena. Leer el libro en un italiano algo anticuado tiene la ventaja de que se comprende mejor la figura del Padre Pío en el entorno de su tiempo y en su idioma original. Pero es un problema para la difusión del libro, porque no todos los lectores españoles saben italiano. Es muy deseable que cuanto antes haya una edición en español.
El libro está editado primorosamente. Es el volumen II de la edición antes comentada. Son 666 páginas en “papel biblia” y algunas fotos.
Recomiendo su lectura. Les cambiará la vida. El libro está en italiano. Se lee fácilmente. Puede comprarse haciendo click aquí