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Joaquín MARTÍN ABAD, «Dar la vida por amor. Anselmo Polanco y Felipe Ripoll»

Los mártires de la Guerra Civil no han recibido ni el honor ni el culto que merecen porque el complejo de inferioridad de los herederos de la España de Franco, que en gran medida somos todos los españoles, con una decisión colectiva tácita, hemos decidido que, aunque son cientos los mártires de uno de los bandos contendientes, y NINGUNO el número de los mártires del bando rojo, sin embargo había gente buena en los dos lados. La consecuencia es que santos como Anselmo Polanco y Felipe Ripoll, que fueron asesinados a la vez, de modo extraordinariamente cruel, y no al principio, sino al final de la guerra, no tienen el culto que merecen. Son muy pocos los altares levantados en honor de los mártires de la guerra civil. Ojalá haya pronto gente que tenga tiempo y dinero para empezar a levantar los templos que se merecen. Mientras lo hacen, que yo sepa sólo UNO de los mártires de la guerra civil tiene su propio altar y es el que fuera Obispo de Teruel, Anselmo Polanco, OSA. Yacen sus restos mortales en la cripta de la Catedral de Teruel, cuya visita aconsejo, y donde uno se puede parar a rezar con mucho recogimiento porque, como sucede en tantos sitios, hay muchos turistas pero nadie rezando.

Por eso es digno de alabanza el extraordinario libro de D. Joaquín MARTÍN ABAD, «Dar la vida por amor. Anselmo Polanco y Felipe Ripoll», Madrid, Postulación General Agustiniana, 1995. Relata rápidamente la vida de Anselmo Polanco y de Felipe Ripoll, exponiendo los puntos fundamentales de su vida y de sus martirios. Junto con los dos clérigos asesinados, también D. Joaquín Martín Abad, el sacerdote más elegante de Madrid, que por supuesto no es de Madrid sino turolense merece honor por su eximio y callado trabajo como postulador de estas y otras muchas causas de beatificación.

Recomiendo la lectura del referido libro, porque aunque los hechos son asquerosamente crueles (el asesinato de ambos fue asesinato de inocentes, no de contendientes) dan idea de hasta dónde puede llegar el control de Satanás sobre los hombres para provocar el mal moral de unos, al tiempo que la caridad heroica de otros. En la mañana del 7 de febrero de 1939, treinta soldados un jefe columna de las tropas de Líster, fusilaron a los dos referidos y a otros 26 prisioneros más sobre el cauce seco del río Muga.

Gloria y honor a los que dieron su vida por Jesucristo, antes, durante o después de la guerra civil. Pero también culto. Me acojo a la intercesión de ambos, y de todos los que murieron con ellos, incluido Rey d’Harcourt, que algo haría bueno, para que me protejan a mí y a mi familia, y a España entera, frente a nuestros enemigos. Que no son los hombres. Ni tampoco los fantasmas. Sino nuestros demonios familiares e importados. A esos es a los que hay que derrotar.

Acerca de Íñigo Coello de Portugal Martínez del Peral

Íñigo Coello de Portugal Martínez del Peral está casado y tiene cuatro hijos. Se licenció en Derecho (Universidad de Santiago de Compostela, 1981) y en Sagrada Teología (Universidad de Navarra, 1984) y más tarde obtuvo el grado de Doctor en Sagrada Teología (Universidad de Navarra, 1985) y en Derecho (Universidad de Navarra, 1986). En 1989 ganó las oposiciones de Abogado del Estado y de Letrado del Consejo de Estado. Desde 1993 se dedica a la abogacía de negocios. Es Académico correspondiente de Jurisprudencia y Legislación desde 1991. Es Letrado Mayor del Consejo de Estado desde 2009. Ha fundado la red COELLO DE PORTUGAL ABOGADOS. Escribió en el diario económico EXPANSIÓN desde 1991 hasta 2011.

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