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NUNCA ME HE SENTIDO SOLO. Los últimos discursos de Benedicto XVI.


Romana Editorial publicó en 2013 los que fueron los últimos discursos del Papa «emérito» Benedicto XVI, que, como es sabido, renunció al Pontificado el 10 de febrero de 2013 con efectos a partir de las 20 horas del día 28 de febrero de 2013 («Nunca me he sentido solo. Los últimos discursos de Benedicto XVI». Romana Editorial, 2013). 

Tiene un indudable interés contar con los documentos que determinan su explicación sobre la referida actuación y con las normas jurídicas que aprobó para encauzar la sucesión en la Sede de Pedro y orientar la elección del nuevo Pontífice, en particular –me parece lo más importante− para exigir que la elección de todo Papa se haga por una mayoría de 2/3 de los Cardenales electores presentes y votantes en el cónclave.

Romana Editorial, en colaboración con la Librería Editrice Vaticana, publica en este libro los documentos esenciales: la declaración del Papa en el consistorio celebrado el 10 de febrero de 2013 (en latín y en español); lo que dijo a los fieles en la audiencia general del miércoles 13 de febrero de 2013 y la homilía de la Santa Misa de ese mismo día, que fue miércoles de ceniza; las palabras de agradecimiento especial que dirigió a su Secretario de Estado, Tarsicio Bertone (que hoy está con menos ocupaciones oficiales pero que en ese momento todo el mundo consideró un «papable»); el mensaje de Benedicto XVI a los gobernadores del International Fund For Agriculture and Development en audiencia de ese mismo día 13 de febrero de 2013; el encuentro con los párrocos y el clero de Roma del día 14 de febrero de 2013; sus palabras a los fieles congregados en la explanada de la plaza de San Pedro después el ángelus de 17 de febrero de 2013; las nuevas normas de elección canónica del Romano Pontífice (Carta apostólica en forma motu proprio «Normas nonnullas»); las palabras del Santo Padre al término de los ejercicios espirituales en el Vaticano y su carta de agradecimiento al Cardenal Gianfranco Ravasi, que los predicó (23 de febrero de 2013); las palabras pronunciadas en el ángelus del Domingo 24 de febrero de 2013; las palabras en la audiencia general del miércoles 27 de febrero de 2013; las palabras de despedida de Benedicto XVI a los Cardenales ya presentes en Roma el 28 de febrero de 2013 para el cónclave convocado para elegir al nuevo Papa, y finalmente el saludo del Papa a los fieles de la diócesis de Albano, en que se ubica Castelgandolfo, que fue el primer lugar de su retiro (28 de febrero de 2013). Son textos que uno por uno tienen valor, pero todos juntos constituyen un testimonio para la Historia, que conviene tener documentado en la propia biblioteca.

Con mucho, sin embargo, lo que más me ha gustado del libro no tiene nada que ver con la sucesión apostólica y la dimisión de Benedicto XVI, sino dos consideraciones teológicas del Papa antes de que su dimisión fuera efectiva, esto es, mientras aún era el Romano Pontífice.

La primera, su valoración del Concilio Vaticano II. Aparte de recuerdos de una persona de edad que cuenta a jóvenes cómo fue el acontecimiento, se trata de una valoración imperecedera que los historiadores deben tener en cuenta para saber qué pensaba uno de los más activos teólogos allí presentes.

Inmortales son también sus palabras sobre las tentaciones de Jesús, en el día del miércoles de Ceniza:

«Actualmente ya no se puede ser cristiano como simple consecuencia del hecho de vivir en una sociedad que tiene raíces cristianas: tambén quien nace en una familia cristiana y es formado religiosamente debe, cada día, renovar la opción de ser cristiano, dar a Dios el primer lugar, frente a las tentaciones que una cultura secularizada le propone continuamente, frente al juicio crítico de muchos contemporáneos. Las pruebas a las que la sociedad actual somete al cristiano, en efecto, son muchas y tocan la vida personal y social.
«No es fácil ser fieles al matrimonio cristiano, practicar la misericordia en la vida cotidiana, dejar espacio a la oración y al silencio interior; no es fácil oponerse públicamente a opciones que muchos consideran obvias, como el aborto en caso de embarazo indeseado, la eutanasia en caso de enfermedades graves, o la selección de embriones para prevenir enfermedades hereditarias. La tentación de dejar de la propia fe está siempre presente y la conversión es una respuesta a Dios que debe ser confirmada varias veces en la vida.»

Acerca de Íñigo Coello de Portugal Martínez del Peral

Íñigo Coello de Portugal Martínez del Peral está casado y tiene cuatro hijos. Se licenció en Derecho (Universidad de Santiago de Compostela, 1981) y en Sagrada Teología (Universidad de Navarra, 1984) y más tarde obtuvo el grado de Doctor en Sagrada Teología (Universidad de Navarra, 1985) y en Derecho (Universidad de Navarra, 1986). En 1989 ganó las oposiciones de Abogado del Estado y de Letrado del Consejo de Estado. Desde 1993 se dedica a la abogacía de negocios. Es Académico correspondiente de Jurisprudencia y Legislación desde 1991. Es Letrado Mayor del Consejo de Estado desde 2009. Ha fundado la red COELLO DE PORTUGAL ABOGADOS. Escribió en el diario económico EXPANSIÓN desde 1991 hasta 2011.

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